Durante todo el 2019, la Corporación Bosques de Zapallar en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Zapallar ha estado llevando a cabo un proyecto de conservación y restauración en este icónico lugar de la comuna.
El Cerro de la Cruz, ubicado al extremo sur de la pequeña playa de Zapallar, es un lugar de alto valor histórico y turístico para la comuna. Reconocible desde lejos por el enorme ciprés en su cumbre (ciprés macrocarpa), lo que muchos ignoran es la enorme importancia del patrimonio natural del Cerro de La Cruz y del valor de su biodiversidad.
La vegetación de la península presenta un alto nivel de endemismo, es decir, se trata de plantas únicas, que sólo crecen en esta zona y en ningún otro lugar del mundo. Martin Gardner, botánico del Royal Botanic Garden Edinburgh con más de 25 años de experiencia, estima que el endemismo en el Cerro de La Cruz supera el 90%.
Pero durante años, este típico paseo ha ido sufriendo un continuo proceso de erosión y deterioro, producido por el exceso de senderos informales y alternativos que han proliferado a falta de la consolidación y señalización de un sendero principal. La mala conducción de las aguas lluvias, el ingreso de mascotas y también de bicicletas, la corta de flores y otras especies nativas, son también factores que han tenido un impacto negativo en el lugar, generando la progresiva erosión que hoy afecta seriamente varias de sus laderas. A eso, hay que sumarle la aparición de especies exóticas, provenientes de jardines cercanos, que comienzan poco a poco a desplazar la flora nativa.
En un esfuerzo por restaurar este sitio patrimonial, la Municipalidad de Zapallar en conjunto con la Corporación Bosques de Zapallar están llevando a cabo un proyecto de conservación y restauración. La iniciativa, que contó con la asesoría de Martin Gardner del Jardín Botánico de Edimburgo y Oliver Whaley de Rainforest Concern, busca delimitar una red de senderos que permita a los visitantes recorrer y disfrutar de los atractivos del cerro, sin afectar sus valores medioambientales y minimizando nuestro impacto al visitar la zona.
La primera etapa del proyecto se llevó a cabo entre enero y junio 2019, donde se rescató el antiguo trazado de senderos del cerro, siguiendo un recorrido lógico por el lugar y sus hitos. Se estableció qué senderos alternativos serían cerrados y cuáles serían las zonas de recuperación. Posteriormente, se procedió a nivelar, uniformar y marcar dicho recorrido con estacas y cuerdas, con el fin de que fuera evidente para los visitantes por dónde se debía transitar. En esta etapa, también se instalaron letreros para señalizar los accesos, las áreas de restauración y normas de buen uso del lugar. Asimismo, se realizó un trabajo de extracción de especies exóticas, como eucaliptus, pinos y miosporos, todas plantas de comportamiento invasivo que, de no ser controladas, desplazan a la flora nativa del cerro.
Todo este proceso ha sido acompañado de diversas acciones de educación ambiental. Queremos que la comunidad y también quienes visiten el cerro, puedan disfrutar y valorar su biodiversidad. Las Puyas, Alstroemerias, Quiscos Costeros y otras especies que no sólo son únicas de este ecosistema, sino que además se encuentran amenazadas y que resultan muy atractivas de observar por sus llamativos colores y formas. Durante toda la temporada alta, nuestro monitores explicaron a los visitantes cuáles era las acciones de conservación que se estaban llevando a cabo y sus objetivos, así como el correcto uso del sendero y otros espacios. También nos han visitado estudiantes de distintos colegios de la comuna para aprender sobre el valor del ecosistema y su conservación.
Durante el segundo semestre del año 2019, el proyecto contempla una etapa de restauración vegetal. Se descompactará la tierra de los senderos clausurados, para permitir que el suelo vaya recuperando sus propiedades y que las especies nativas germinen. También se reposicionarán plantas de forma estratégica, en particular a la entrada de los senderos clausurados, para así disuadir a los visitantes y detener el deterioro progresivo de la vegetación. En esta etapa también se restaurará parte de la infraestructura existente, como escaleras y muros de piedra. Se uniformará la altura de las gradas en la escalera del acceso y, en la cumbre, se terminará de construir un pequeño muro de 40 cm de altura que delimita la zona de uso de la misma.
Una vez terminados los trabajos, continuaremos con las acciones de educación ambiental en el cerro a través de monitores durante fines de semana, feriados y vacaciones, para así enseñar sobre el buen uso de este lugar para que entre todos lo sigamos protegiendo.