Damián Palma (28) y Benjamín Cisternas (23) son dos de los guardaparques que día a día trabajan con nosotros en el Parque El Boldo. Oriundos de la zona, llevan más de tres años dedicados a diversas labores pero, a partir del año pasado, ambos se sumaron por completo al programa de educación ambiental de CBZ. Es por esto que, durante noviembre de este año, fueron a capacitarse en el curso “Formación de facilitadores para la educación al aire libre” al Centro de Investigación y Educación Parque Katalapi, ubicado en la región de Los Lagos y que cuenta con más de 20 años de experiencia en Educación Ambiental.
Esta iniciativa fue financiada gracias al aporte de Rainforest Concern y significará un importante avance que impactará positivamente la experiencia de quienes nos visitan.
Benjamín: Durante la capacitación aprendimos sobre la importancia de la reflexión en las actividades de educativas, la cual siempre debe ir orientada a conectar a los visitantes con sus emociones, facilitando la sensibilización, primero, del individuo consigo mismo, luego, del individuo con el grupo, y finalmente de este mismo con el entorno. Esto podría aplicarse especialmente en visitas guiadas planificadas con anterioridad. Así se pueden crear las condiciones óptimas para generar en los visitantes esta conexión emocional con el entorno, factor clave para poder fomentar el cambio de nuestras conductas.
Damián: En Katalapi pude aprender la importancia de hacer una correcta bajada de información al momento de reflexionar. Darse el tiempo para observar con calma es crucial, sobre todo para quienes trabajamos en educación medioambiental. Quiero aplicar las técnicas aprendidas en el trabajo que realizamos con escuelas municipales ubicadas en la comuna. Pienso que implementarlo en jóvenes es muy importante, ya que ellos serán los herederos de este tesoro medioambiental, es fundamental que valoren su riqueza patrimonial.
Damián: Creo que tendrá un impacto positivo. Este lugar en más que “una hermosa vista” y considero que a través de nuestro trabajo podemos invitar a los visitantes a reflexionar, comprender la importancia del sector y valorarlo. Así, quien ingrese al parque entenderá que se trata de un sector de protección y conservación, el por qué existe la “capacidad de carga” y por qué se aplican ciertas restricciones dentro del bosque.
Benjamín: Impactará de una forma positiva, siempre y cuando se realicen actividades con todo el espectro de la comunidad y estas se hagan de forma constante, sostenida, bien planificadas y debidamente evaluadas. De esta forma, se podrá saber si realmente se estamos generando un cambio en las personas, y también se podrán establecer procesos de mejora continua, haciendo de las mismas actividades una forma de retroalimentación para este fin.
Benjamín: Me gusta ayudar a los visitantes, sobre todo a los que vienen motivados por su amor a la naturaleza. Es agradable intercambiar conocimientos y explicarles lo que sé sobre el lugar, siempre desde una perspectiva científica y de cultura local. Por otro lado, aunque sea difícil, quiero poder sembrar la semilla de la curiosidad y el respeto por la naturaleza en todos los visitantes. Me agrada poder hacerlo con quienes realmente se abren a esto y sobre todo, con las personas que viven todo el año en la localidad. Soy un convencido de que la conservación es tarea de todos y todas, porque su degradación nos afecta sin distinción alguna.
Damián: Ser guardaparques me permite dar conocer la riqueza de este lugar a otras personas. Esto es una de las cosas que más me gusta, ya que considero que puedo mezclar la información territorial más dura sobre flora y fauna con la historia del sector y cómo los vecinos se organizaron para tener lo que actualmente es Parque. La reflexión y el aprendizaje en el lugar es algo que entrega un sentimiento de pertenencia al visitante, que hace que valore mucho más el sector y nuestra labor.